Julio, a pocas personas les confió el cuidado de mis hijas peludas y tú te ganaste ese privilegio por el cuidado y buen trato hacia ellas. Chelli y Frida, madre e hija, te ganaste la confianza mía, de mi familia y de ellas. No me equivoque al escogerte, con cada visita que te hacen, confirmo la excelencia de tu trabajo al hacer las cosas con amor y dedicación.